Un sistema solar doméstico (SSD) es un sistema de energía renovable que utiliza paneles solares para convertir la luz solar en electricidad. El sistema generalmente incluye paneles solares, un controlador de carga, un banco de baterías y un inversor. Los paneles solares captan la energía del sol, que luego se almacena en el banco de baterías. El controlador de carga regula el flujo de electricidad desde los paneles hacia el banco de baterías para evitar la sobrecarga o daños en las baterías. El inversor convierte la electricidad de corriente continua (CC) almacenada en las baterías en electricidad de corriente alterna (CA) que se puede utilizar para alimentar electrodomésticos y dispositivos domésticos.
Los sistemas solares domésticos son especialmente útiles en zonas rurales o lugares sin acceso a la red eléctrica, donde el suministro es limitado o inexistente. Además, constituyen una alternativa sostenible a los sistemas energéticos tradicionales basados en combustibles fósiles, ya que no generan emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyan al cambio climático.
Los sistemas solares domésticos (SHS) pueden diseñarse para satisfacer diversas necesidades energéticas, desde iluminación básica y carga de teléfonos hasta el funcionamiento de electrodomésticos grandes como refrigeradores y televisores. Son escalables y pueden ampliarse con el tiempo para adaptarse a las variaciones en la demanda energética. Además, pueden generar ahorros a largo plazo, ya que eliminan la necesidad de comprar combustible para generadores o depender de costosas conexiones a la red eléctrica.
En general, los sistemas solares domésticos ofrecen una fuente de energía confiable y sostenible que puede mejorar la calidad de vida de las personas y las comunidades que carecen de acceso a electricidad confiable.
Fecha de publicación: 1 de abril de 2023